al rescate de materiales de construcción.
La Minería Urbana no sólo tiene su campo de acción en el sector de los equipos electrónicos, también en el área de la construcción se hace cada vez más presente, considerando que al igual que en otros rubros de la producción, los insumos cada vez son más escasos.
Tomando como ejemplo sólo la arena, y de acuerdo con la información publicada por Forbes el 5 de septiembre del 2023, la ONU advirtió que “la extracción global de arena para la construcción se acerca a su límite de sostenibilidad”.
La primera plataforma para monitorear la extracción global de arena Marine Sand Watch, desarrollada por el centro GRID del Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente (Pnuma) concluyó que el ser humano drena entre 40 mil y 80 mil millones de toneladas anuales de este material.
Dicha plataforma utiliza un Sistema de Identificación Automática (AIS) e inteligencia artificial para analizar la actividad de los barcos en todo el planeta y detectar cuáles se dedican al drenado de la arena, lo que puede tener graves consecuencias para los ecosistemas marinos. También se han identificado zonas afectadas como las costas de China, el este de los Estados Unidos, el Mar del Norte, el Golfo Pérsico, o el Mar de China Meridional. De acuerdo con la nota informativa.
La arena es el segundo recurso natural más explotado en el mundo después del agua, y en la construcción se emplea para fabricar hormigón y vidrio, pero en la industria informática o la de componentes se utiliza para paneles solares y otras energías alternativas.
La ONU, según la nota, afirma que “se puede construir un muro de 10 metros de alto y 10 de ancho capaz de darle la vuelta al planeta por su Ecuador, o una cantidad suficiente para llenar un millón de camiones al día”.
Ante esta situación, la Minería Urbana surge como un medio para “rescatar” la mayor parte de insumos posibles al momento de derribar edificaciones que no se usan más o que no pueden ser restauradas.
La ciudad de Heidelberg, ubicada en el estado de Baden-Württemberg, en el suroeste de Alemania, dio a conocer en junio del 2022 el proyecto piloto denominado “Circular-City-Gebäude Materialkataster für die Stadt Heidelberg” (Ciudad Circular-Registro de Materiales de Construcción para la ciudad de Heidelberg).
En la página oficial de la ciudad se habla de la elaboración un análisis económico y ecológico de todo el parque inmobiliario, con un registro digital de materiales, que proporcionará información sobre qué materiales, qué calidad y en qué cantidad se emplearon, lo que permitirá crear cadenas de suministro regional, reduciendo la dependencia de materias primas importadas o de largas rutas de transporte.
Para ello, la consultora ambiental EPEA desarrolló el Urban Mining Screener, que es un programa informático que puede estimar la composición material de los edificios sobre la base de datos como el lugar de construcción, el año de construcción, el volumen de construcción y el tipo de edificio. El director del proyecto, Matthias Heinrich, dijo que: “La base de datos está formada por varias bases de datos, incluidas las de inspecciones de existencias y evaluaciones del ciclo de vida, por lo que la base de datos se amplía continuamente. Cuantos más datos se integren, más precisos serán en el futuro”.
Según la página mencionada, con este sistema ya se han registrado los primeros edificios: el Patrick-Henry-Village, una antigua urbanización para miembros del ejército de los Estados Unidos, la mayor zona de conversión de Heidelberg, con unas 100 hectáreas que contienen alrededor de 465.884 toneladas de material, aproximadamente la mitad de las cuales es hormigón, una quinta parte son ladrillos de mampostería y un 5 por ciento de metales.
Como parte de este proyecto, Thomas Wittmann, director general de Heidelberg Sand und Kies, filial de HeidelbergCement, afirma que dicha empresa pretende rescatar el hormigón, demasiado valioso para ser desechado en vertederos o subestructuras de carreteras, “… queremos triturar el hormigón -resultado- de demolición, separarlo en sus componentes por tipo y devolverlo al ciclo de construcción en el espíritu de la economía circular”.
Matthias Heinrich, especialista en minería urbana de EPEA dijo que, “para la gente de siglos anteriores era algo natural utilizar las piedras de antiguos castillos o complejos para la construcción de iglesias o asentamientos … los edificios destruidos eran las minas urbanas de la época. -Se- sacaron de ellos la mayor cantidad posible de material reciclable”.
El Proceso.
En la página de ingeniería.es/reciclaje-en-la-construcción se explica que el proceso inicia con la recolección de materiales de los sitios de demolición o remodelación, tales como acero, madera, hormigón, vidrio y plásticos, entre otros.
Después se pasa al procesamiento de materiales, que puede ser a través de la limpieza, trituración, fundición o reformado de los materiales. Por ejemplo, el hormigón se tritura para crear áridos reciclados, y el acero se funde para formar nuevos productos.
Una vez procesados, los materiales están listos para ser reincorporados a nuevos proyectos de construcción. La madera reciclada se usa para revestimientos y los áridos reciclados para crear nuevos hormigones.
¿Y en México?
Durante el Foro de Construcción Sostenible, organizado por la Cámara de la Construcción de la ciudad de México, se dio a conocer que la generación de residuos de la construcción se ha convertido en una problemática ambiental debido al aumento de obras de demolición total o parcial de inmuebles, a consecuencia del sismo del 19 de septiembre de 2017, de acuerdo con una nota de Samanta Escobar publicada por EL ECONOMISTA (23.09.2023).
Armando Beltrán, fundador del Centro Avanzado de Reciclaje Eficiente (CARE), indicó que dichos residuos contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, la alcalinización del agua superficial, la producción de bacterias cancerígenas, afectaciones en la calidad de agua subterránea, entre otros. Y agregó: “el escenario es dramático, la capital genera 14 mil toneladas de metros cúbicos de desechos. Estamos en un tren de autodestrucción y debemos hacer algo”.
En la nota se menciona que hay plantas de reciclaje enfocadas en la clasificación, tratamiento y reconversión de desechos de construcción como el concreto, el yeso, la madera, el vidrio, el cartón y el acero.
Enrique Granell, gerente técnico de Concretos Reciclados indicó que “estamos recibiendo cantidades importantes de escombro, pereo el consumo de los agregados reciclados todavía nos queda a deber. El llamado es para los jugadores del sector, es importante que los utilicen”.
Mario Medina, Premio Nacional de Cooperación y Reciclaje, que además es autor del libro Revolución Circular, explicó que, “un concreto hidráulico para banquetas con agregado reciclado es 15 por ciento menos costoso que un producto con agregado directo de mina; un metro cúbico de grava cuesta 300 pesos en la ciudad de México, mientras que en las recicladoras lo venden en 100 -pero- debemos quitarnos el tabú de que reciclado es igual a mala calidad, al contrario tiene buenos resultados y beneficia al bolsillo”.
De acuerdo con la nota informativa, durante ese evento Manuel Sirtori, director comercial de concreto y logística en Holcim México, refirió que usar por lo menos un 30 por ciento de agregados reciclados representa un avance en la Economía Circular del sector, y puntualizó: “No vamos a tener más agregados que los que hay en la Tierra, tenemos toneladas de desechos y la tecnología para convertirlas -en- materiales que la industria necesita, debemos hacer minería urbana”.
Es evidente que cada vez hay más conciencia en cuanto al uso de recursos no renovables, en este caso en el sector de la construcción, aún así, falta una mayor aceptación de los productos reciclados, pero su uso es fundamental para cuidar al planeta.
