Pese a que un 60 por ciento de su territorio es desierto, con baja retención de humedad, Israel es considerado actualmente uno de los países más desarrollados tecnológicamente en materia agrícola. El secreto de su éxito: la investigación al servicio de la agricultura. Algunas de sus más novedosas tecnologías: drones empleados para polinizar y cosechar la fruta madura.
La agricultura de este país se centró en la producción de naranja y otros cítricos en las primeras décadas del siglo XX. Para 1950 comenzó a desarrollar tecnologías innovadoras como sistemas de riego por goteo y la generación de nuevas variedades de plantas resistentes al clima, sin embargo, el despegue de esta actividad se dio con la creación de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que fue impulsada hasta convertirse en un centro líder en investigación agrícola.
En busca de hacerle frente a la escasez de agua, el riego por goteo, que en su momento revolucionó la producción agrícola, pretendía suministrar la cantidad precisa de agua y nutrientes directamente a las raíces de las plantas, reduciendo la dependencia de las condiciones meteorológicas y aumentando la eficiencia del uso del vital líquido.
Con el mismo propósito lleva a cabo la reutilización de aguas residuales; actualmente un 85 por ciento del líquido es procesado en plantas de tratamiento biológico, mismo que después es utilizado en el riego y en la recarga de acuíferos. Para ello cuenta con 5 plantas desalinizadoras, entre ellas la planta de desalinización por ósmosis más grande del mundo, con lo que se cubre aproximadamente un 80 por ciento de la demanda doméstica con agua proveniente del mar.
De acuerdo con la página de la Oficina Comercial de Israel en México, hoy en día Israel es un líder en el campo de la innovación agrícola a través de su reconocido sector Agritech (Agricultural Technology/Tecnología Agrícola), que combina la investigación avanzada, emprendedores tecnológicos y el apoyo del gobierno, convirtiéndolo en un referente mundial, con más de 500 empresas dedicadas a la agricultura tecnológica, aquí algunos ejemplos:
N-Drip desarrollador de un sistema de microriego por gravedad que utiliza la existente infraestructura de irrigación por inundación, a fin de tener un riego por goteo eficiente. Su objetivo principal es el de conservar el agua y fertilizantes, además, no depende de energía externa sino que utiliza la topografía del campo y la fuerza de gravedad, con lo cual se reducen costos. N-Drip recibió el premio general a la excelencia en tecnologías disruptivas en los premios Transformational Business Awards en el 2019.
Tamar-Tech, que es más bien un producto no tóxico para el control de plagas derivado de aceites vegetales comestibles y se fabrica con un emulsionante innovador. Tamar-Tech puede controlar una amplia gama de plagas sin dejar residuos plaguicidas, y fue desarrollado entre la empresa Agro Shelef y la Organización de Investigación Agrícola del Ministerio de Agricultura de Israel.
Groundwork BioAg produce inoculantes de micorrizas[1] para la agricultura comercial. Con hongos benéficos concentrados y vigorosos. Los inoculantes Rootella y Dynomyco de la compañía mejoran la absorción de nutrientes del suelo en las plantas, aumentan el rendimiento de los cultivos, mejoran la resistencia a varios tipos de estrés y reducen el volumen de fertilizantes. Groundwork BioAg ha demostrado aumentos significativos en el rendimiento de numerosos cultivos importantes, incluidos el maíz, la soja, el sorgo, los tomates, las cebollas y el cannabis.
OKO que utiliza tecnología satelital y móvil para brindar un seguro de cosecha simple y asequible a los pequeños agricultores, que también pueden beneficiarse de las alertas meteorológicas, los consejos agrícolas y el acceso a microcréditos accesibles. OKO ganó el Premio Orange Social Venture en 2019 y la Competencia SME de la UIT[2] (Unión Internacional de Telecomunicaciones) en 2020 y ha sido incluida como una de las “50 Fintech Inclusivas” por MetLife Foundation y Visa.
Pero sin duda una de sus tecnologías más innovadoras son los drones, no para intervenir en movimientos bélicos, sino para la polinización artificial o la recolección de frutas, ambos desarrollados para hacerle frente a la escasez tanto de insectos como de trabajadores del campo.
La empresa BloomX desarrolló un dispositivo tipo dron que utiliza una carga electrostática para atraer y distribuir el polen entre las plantas mientras es -jalado- literalmente por un tractor. En el proceso se emplean algoritmos para determinar el momento óptimo para la polinización. El uso de este procedimiento, aunado a la polinización natural por abejas, ha permitido un aumento de hasta un 40 por ciento en la productividad, de acuerdo con información de la página israelnoticias.com.
En tanto que la empresa Tevel creó un sistema de drones conectados a una plataforma que utiliza inteligencia y visión artificiales para analizar imágenes de las frutas y determinar cuáles están maduras para ser cosechadas. Los drones emplean la succión para recoger suavemente la fruta y depositarla en un contenedor. Además puede medir el contenido de azúcar en la fruta y detectar enfermedades, según datos de la página mencionada.
La estrecha interacción entre los centros de investigación, que contribuyen al desarrollo en todos los ramos de producción agrícola y los agricultores, que como parte de este proceso de tecnologización fueron motivados a asociarse a fin de tener un mayor poder de negociación, ha llevado a Israel a convertirse en uno de los principales exportadores de frutas y verduras al mercado europeo.
En materia agrícola éste es un ejemplo exitoso de interacción entre la ciencia, la investigación, el gobierno y los agricultores. Sin ese impulso intersectorial que posibilitó el desarrollo de la tecnología en ese rubro, el desierto seguiría siendo la cara de Israel.
¿Y en México?
Ingeniería genética, con el propósito de generar productos de mayor calidad a bajo costo, al tiempo que se busca reducir el impacto negativo en el medio ambiente, así como el Componente de Tecnificación del Riego, a fin de ahorrar agua para uso agrícola y generar una mayor productividad en los cultivos, son algunas de las nuevas tecnologías que se emplean en el sector agrícola en el país, de acuerdo con información de la página oficial del gobierno de México
Con base en esta información, 8 estados destacan en la aplicación de innovación tecnológica: Sonora, Baja California, Chihuahua, Sinaloa, Jalisco, Tamaulipas, Michoacán y Guanajuato.
Aunado a ello, empieza a tener más presencia la agricultura de precisión, que trabaja con información digitalizada, hace uso de sensores, drones y softwares, imágenes satelitales, Sistemas de Información Geográfica (SIG) y Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) para obtener datos precisos de cada centímetro de suelo -cultivado- , lo que permite determinar los requerimientos de nutrición y humedad de cada espacio, además de planear los ciclos de cultivo y definir costos de producción, entre otros aspectos, de acuerdo con información de la página redagro.mx.
La información destaca que dichas tecnologías permiten hacer un uso eficiente de los recursos para la producción agrícola. Jalisco, Guanajuato y Sinaloa son algunos de los estados donde se emplea.
En el México es indispensable impulsar una estrecha coordinación de esfuerzos entre los agricultores, el gobierno y las instituciones de investigación, a fin de desarrollar una agricultura inteligente, como lo ha hecho Israel.
[1] De origen griego define la simbiosis – la asociación- entre un hongo y las raíces de una planta, donde ambos obtienen un beneficio.
[2] UIT es el organismo especializado de las Naciones Unidas para las tecnologías de la información y la comunicación.
