Aceite vegetal para producir bioqueroseno, es una idea que se ha concretado ya en España, así se pretenden reemplazar paulatinamente los combustibles fósiles (derivados del petróleo) para emplearlos en la aviación.
Hace un par de semanas se llevó a cabo un vuelo entre Madrid y Barcelona con bioqueroseno producido con aceite vegetal, aunque el avión, un Airbus 320 de Iberia, solo empleo un 25 por ciento de este combustible y 75 por ciento de queroseno tradicional.
Repsol, empresa española del sector petrolero y de gas, se hizo cargo de la obtención, análisis de alto rendimiento, distribución y logística del combustible. En su página oficial repsol.com, se explica que para realizar el vuelo con este biocarburante no hubo que -llevar a cabo- ninguna adaptación en los motores del avión y se estima que hubo una reducción en las emisiones de 1.500 Kilogramos de CO2.
El bioqueroseno usado se obtuvo del aceite de la camelina, una planta oleaginosa no comestible que produce una cantidad importante de aceite y que “además, tiene la particularidad de que se puede cultivar en climas templados y fríos, como el de España”, explicó Fernando Temprano, director de Tecnología de Repsol. Su adaptación a suelos de bajo rendimiento y su resistencia a heladas y sequías, “nos va a permitir ampliar las materias primas que podemos utilizar para producir bioenergía”.
Los biocombustibles de segunda generación, como el producido a partir de la camelina, son considerados sostenibles porque se extraen de plantas que no compiten con los cultivos alimentarios, ni por los terrenos, ni por recursos como el agua.
Otra de las plantas que -puede servir- para producir este tipo de combustibles es la jatrofa. Repsol cuenta ya con proyectos para desarrollar a gran escala este cultivo, aunque, “el plazo que -se contempla- para producir cantidades importantes de ese aceite es de 3 o 4 años, porque es una planta que lógicamente tarda en crecer”, se explica en la página mencionada.
El aceite extraído de estas plantas pasa por un proceso de refinamiento llamado hidrotratamiento, que consiste en someter los aceites vegetales a una reacción química con hidrógeno, catalizador y alta temperatura, lo que da lugar a hidrocarburos que tienen una composición química idéntica al queroseno de origen fósil. Debido a ello, -este tipo de combustibles- pueden alimentar los motores -de los aviones- sin requerirse modificaciones, y su origen vegetal permite reducir el balance global de emisiones de CO2.
“El reto más importante consiste en hacer que la -producción experimental actual- pase a procesos industriales que permitan abastecer el mercado”, afirma el jefe de asistencia técnica de aviación de la Repsol, José Antonio García Cabañas.
Y explica que, -en- la mayoría de los vuelos realizados hasta ahora en el mundo -empleando- bioqueroseno, éste es una mezcla de distintas proporciones entre biocombustible y queroseno tradicional, pero no hay razone tecnológicas que impidan que el combustible de aviación sea 100 por ciento de origen bio, -aunque- hasta el momento, la demanda no ha justificado su producción -a nivel- industrial.
En la página mencionada se explica que la creciente demanda de biocombustibles no va a ser cubierta solo por cultivos terrestres como los antes mencionados (la camelina y la jatrofa), sino que la gran reserva para los bioquerosenos de aviación vendrá de las algas.
“Estamos apostando también por los biocombustibles de tercera generación -derivados de- las microalgas, que son los sistemas vivos de origen vegetal que crecen más rápido, producen más aceite, y aprovechan más el sol”, indica Fernando Temprano, director de tecnología de Repsol.
La empresa, añade, tiene un ambicioso programa de producción de biocombustibles utilizando microalgas, a partir de una investigación desarrollada en su Centro de Tecnología, -a fin- de iniciar, próximamente, su elaboración a escala semi-industrial.
Temprano concluye que: “Hay una apuesta tecnológica muy intensa para domesticar este cultivo, controlar su producción, y ser capaces de producir esa energía de una forma económicamente competitiva”.