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Algas, plástico del futuro II

Jackdrafahl/Pixabay.

Las algas marinas, empleadas como materia prima para la producción del plástico del futuro, le otorgan propiedades valiosas al hacerlo biodegradable, fácil de reciclar, incluso capaz de absorber dióxido de carbono (CO2), y no requerir agua dulce para su elaboración, así se busca reducir el uso del plástico convencional altamente contaminante.
Lukas Großman y Michael Nase, investigadores de materiales reciclables de la Universidad Hof, en Alemania, inician su trabajo probando qué polímeros y qué aditivos son necesarios para producir plástico, pero plástico que sea fácil de reciclar.
De acuerdo con información del programa NANO, del canal 3SAT, que se transmite en Austria, Suiza y Alemania, hay un estimado de 13 mil distintos aditivos que pueden aportar al plástico las propiedades deseadas, por ejemplo, la elasticidad.
La búsqueda de los investigadores se centra en desarrollar plásticos con menos aditivos, y por lo tanto menos contaminantes, facilitando así el reciclado de los mismos.
En sus pruebas, los investigadores emplean alga espirulina como aditivo para un polímero de ácido láctico; ambos son reciclables, no tóxicos, sin petróleo y además biodegradables. El alga hace que el plástico tenga un color verde, pero no sólo eso, al igual que otros aditivos le da otras propiedades, como estabilidad. Los dos componentes se mezclan, luego son derretidos con calor, salen de la máquina como hebras de plástico que se enfrían en agua, y posteriormente se hace un granulado. A partir de -ahí-, podría elaborarse, por ejemplo, un empaque para alimentos.
Uno de los investigadores, Nase, explica que el proceso es difícil, dado que a fin de elaborar un empaque común para queso, se requiere de una barrera de vapor generalmente de polietileno y una barrera de oxígeno, a base de etanol, que no se adhieren entre sí, y por ello se requiere un aditivo más, es decir, cada empaque podría tener hasta 6 o 7 capas de material, una mezcla de diferentes plásticos y aditivos que generan un gran problema para el reciclado, problema que podría resolver el plástico elaborado con solo un polímero, el ácido láctico, y un aditivo, el alga espirulina.
De esta forma buscan producir una lámina de plástico, pero debido a que las moléculas orgánicas son menos estables al momento de elaborar plástico biológico, experimentan con diferentes temperaturas y mezclas, hasta que éste sale de la máquina. Y de ser lo suficientemente resistente, podría -convertirse- en un empaque no tóxico, totalmente reciclable, y sin materias primas fósiles (petróleo).
Este es uno de varios prototipos todavía no apto para -elaborar- un empaque, pero es un paso en esa dirección, y la primera prueba de procesamiento, de espesor y de resistencia es satisfactoria. El plástico con el aditivo de alga espirulina puede ser una alternativa -para sustituir- plásticos que son demasiado difíciles de reciclar.
Pero no sólo en Alemania se está experimentando con bioplásticos y envases fabricados a partir de algas, de acuerdo con la página goclimate.de. Notpla, empresa fundada en Londres en 2014, especializada en envases de un solo uso, tiene como objetivo reducir 300 millones de toneladas de residuos plásticos. Con un envase comestible y totalmente biodegradable hecho de algas marinas, Notpla utiliza las propiedades naturales de las plantas marinas para producir materiales que no generan residuos.
Según el CEO de Notpla, Pierre-Yves Paslier, las algas tienen ventajas decisivas: crecen increíblemente rápido (hasta un metro por día) y pueden hacer cosas que el plástico convencional no puede, -pues- en lugar de partículas microplásticas, liberan fibra y antioxidantes en el agua.
El producto estrella de Notpla, “Ooho”, es una carcasa similar al plástico, pero que es comestible y biodegradable en unas pocas semanas. La empresa ha sustituido más de 500.000 envases de plástico de un solo uso en importantes eventos internacionales, como el Maratón de Londres. Para ello, en colaboración con otras empresas, ha desarrollado una botella de agua y jugo, “que se disuelve literalmente en el aire después de su uso”.
En 2021, Notpla pudo lanzar el primer recubrimiento de algas marinas para envases de cartón. Esto hace que las cajas de Notpla, a diferencia de los envases convencionales para llevar, sean biodegradables. La caja Notpla ahora se está utilizando en restaurantes del Reino Unido con Just Eat Takeaway, y se expandirá gradualmente a 26 países.
La empresa indonesia Evoware, continúa la información de la página goclimate.de, ha desarrollado un material de embalaje comestible y degradable hecho a base de algas. La empresa indica que -el producto- retiene más dióxido de carbono del que se emite durante su producción. Además, tiene la propiedad de disolverse completamente en agua caliente y, por lo tanto, es adecuado, por ejemplo, como envase para fideos instantáneos.
Evoware utiliza algas marinas de Indonesia, que están disponibles en abundancia. El proceso de fabricación es en gran parte artesanal, con las algas secas y prensadas. El material monocapa resultante es inodoro e insípido y tiene una vida útil de dos años sin conservantes. Sin embargo, la producción de los materiales aquí es incluso más cara que la producción de plástico convencional y el producto bioplástico, al igual que muchos envases hechos de algas, aún se encuentra en fase de prueba.
Mientras que, en Francia, la empresa Algopack ha desarrollado un producto bioplástico a partir de algas pardas que se utiliza para envases, pero también para juguetes infantiles. Este tipo de algas se encuentran principalmente en el mar y prosperan en las latitudes templadas y frías del Atlántico y el Pacífico. Algopack no revela el proceso exacto de fabricación de los materiales, pero las algas contienen compuestos poliméricos que normalmente se producen con petróleo.
Mientras que la startup californiana Sway también está trabajando en una solución al problema mundial del plástico, según la página goclimate.de. Se dice que el plástico de algas marinas de Sway no sólo es biodegradable, sino que también ayuda a regenerar el ecosistema marino.
Se sabe que las algas marinas son un recurso rápidamente renovable que crece unas 60 veces más rápido que las plantas comparables en tierra. Además, una granja de algas puede absorber veinte veces más CO2 que la misma superficie de bosque, según el sitio web de la empresa swaythefuture.com. Lo especial de los bioplásticos de Sway es que, según el fabricante, se pueden utilizar máquinas convencionales en la producción, por lo que no se tienen que comprar nuevas máquinas.

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Hilda Bachmann

Licenciada en Comunicación por la UPAEP, maestra en Ciencias Políticas por la BUAP y maestra en traducción especializada alemán-español UIMP-España. Se ha desempeñado como reportera y editora de El Financiero Puebla. Es profesora de Español como lengua extranjera en Alemania.
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