al rescate de metales.
La escasez de insumos para la producción en diversos sectores, principalmente en el
electrónico y el de la construcción, ha impulsado la investigación para desarrollar métodos y
técnicas que permitan rescatar y reutilizar dichos insumos, como parte de lo que propone la
Minería Urbana.
Actualmente en Japón, empresas como Dowa Holdings, que anteriormente manejaba las
minas de hierro en Kosaka, tiene ahora una planta de reciclado que con una mezcla líquida
permite la extracción de materiales y metales de aparatos electrónicos en desuso, tales
como el oro o el indio, que se usa para fabricar pantallas de cristal líquido, o el antimonio,
empleado para hacer obleas de silice para semiconductores, de acuerdo con información de
las páginas de Plataforma Urbana y de ConcienciaMinera, ambas del 27 de septiembre del
2016.
Como parte del proceso de “rescate”, es necesario identificar los depósitos -de desechos-
antropogénicos (creados por humanos) en entornos urbanos; cuantificar las materias primas
secundarias contenidas en estos depósitos, y calcular la rentabilidad de la recuperación de
los materiales en función de las técnicas a disposición.
De esta forma también se busca contrarrestar el aumento de precios de las materias primas,
sobre todo las de importación.
Diversos son los métodos para la recuperación de los metales. De acuerdo con la página
BusinessInsider, un ejemplo es el desarrollado por la Universidad de Rice en Estados
Unidos, que utiliza el calentamiento instantáneo Joule y es libre de solventes. Dicho método
es eficiente en términos de energía y ayuda a prevenir la contaminación generada por los
desechos electrónicos.
Según este método, para re-obtener los metales de los equipos electrónicos, primero hay
que recolectarlos y desmontarlos en diferentes componentes; en segundo lugar, se trituran
y/o muelen en partes más pequeñas; en tercer lugar, mediante el Método de calentamiento
Joule -que es básicamente la transformación de energía eléctrica en calor- los metales
preciosos se vaporizan y los gases se separan para su posterior recuperación; en cuarto
lugar, los metales disueltos se refinan para obtener productos más puros, y finalmente,
están listos para reciclaje y reutilización.
Otro método, según la página Retema.es es la Lixiviación, que extrae elementos mediante
reacciones químicas en líquidos, a temperatura ambiente, y los investigadores lo han
empleado en módulos de memoria RAM, conectores Jack, placas de circuito impreso de
teléfonos móviles y unidades centrales de procesamiento (CPU). Ataque químico con agua
regia (mezcla altamente corrosiva de ácidos clorhídrico y nítrico concentrados). En esta
sustancia se introducen los desechos que disuelven el oro y otros metales a temperatura
ambiente. Y Recuperación selectiva, que utiliza ácido ascórbico (para desechos
electrónicos), polvo de cobre y hierro (para convertidores catalíticos y residuos de turbinas)
para eliminar los metales de la solución lixiviada. Agitando la solución a temperatura
ambiente se obtienen productos sólidos (precipitados) que contienen los metales
recuperados.
Al final, los metales recuperados se someten a un proceso de refinación, a fin de mejorar su
pureza hasta en más de un 99.9 por ciento, mediante filtración, concentración y reducción
(disoluciones repetidas).
De esta forma es posible re-obtener y reciclar metales preciosos, metales raros o en peligro
de extinción, como lo propone la Minería Urbana, y también la Economía Circular.
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¿Y en México?
La cultura de reciclaje de los aparatos electrónicos y los insumos que los componen se
encuentra en sus inicios, sin embargo, esfuerzos para concientizar sobre la relevancia de
dicha actividad son cada vez más presentes.
En el 2021, se dio a conocer un proyecto conjunto entre El Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat), la Secretaría de Desarrollo Rural, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y
Calidad Agroalimentaria (Senasica) y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (Gef) “con el
propósito de “minimizar los impactos en salud y medio ambiente, a través del manejo
ambientalmente adecuado de residuos electrónicos y plaguicidas”, según la página de la
ONU en México (mexico.un.org).
Además, en todo el país ya hay empresas que se dedican al acopio y procesamiento de
estos productos, y algunas universidades como la UNAM organizan jornadas de recolección
de los mismos.
En la ciudad de México, hace unos días se llevó a cabo una jornada de acopio denominada
“Reciclatrón”. De acuerdo con información difundida en la página oficial de la ciudad
(data.sedema.cdmx.gob.mx), todos los equipos electrónicos recolectados son trasladados a
una empresa en la que se separan por tipo de residuos, se desarman y se envían a otras
empresas para su reciclaje.
